20 enero 2010

Yo soy de la generación Y, y tú?



No sé quién es el autor de esto, pero me identifiqué muchísimo en cuanto lo leí. Básicamente me parece que se acerca bastante a la realidad.
PD: Gracias Anita por enviarmelo :)



INVESTIGACIÓN
DE SALTO EN SALTO...


Un estudio desarrollado en cinco años explica la inestabilidad laboral de los integrantes de la generación 'Y' y señala a las empresas como responsables por no entenderlos.

En el último año Juliana ya ha tenido dos trabajos diferentes. De ambos se fue porque le pagaban muy poco y se sentía desmotivada. Y aunque el que tiene ahora es mejor que los dos anteriores, no ve la hora de que su contrato termine, para irse a buscar algo que "me motive del todo y donde me paguen bien". Al contrario de ella, Tomás tiene la suerte de trabajar en lo que le gusta y no se queja de su sueldo. Aun así, la semana pasada pasó su carta de renuncia para irse a estudiar a Alemania. "Yo siento que el mundo está abierto para mí y no puedo quedarme quieto". Lucía, la estudiante estrella de su promoción en una de las universidades más importantes del país y con un cargo que cualquiera de sus colegas envidiaría, lo dejó todo para irse a meditar a India. A los 24 años estaba muy estresada y necesitaba un año sabático.

Lo que estos personajes tienen en común es que pertenecen a la generación 'Y'. Así se les conoce a los nacidos entre 1980 y 1999, población que desde 2003 está haciendo su incursión en la vida laboral. Este proceso no ha sido fácil. En las empresas los ven como poco leales, pues saltan de un trabajo a otro por un pequeño aumento salarial o por vivir cualquier aventura exótica. Ante esta situación, muchas compañías están preocupadas por la inestabilidad laboral que observan en la base de la pirámide de la estructura de sus compañías.

Hace cinco años una multinacional contrató a Juan Carlos Mejía, un consultor en capacitación, para que investigara el porqué de ese fenómeno. Luego de indagar en empresas, universidades y colegios, Mejía encontró que el problema de la generación 'Y' es más universal de lo que pensaba y que detrás de su supuesta inestabilidad laboral lo que hay es un choque generacional. Ellos dejan las empresas porque éstas no los entienden e insisten en moldearlos a su imagen y semejanza, a lo que ellos se resisten. El estudio se dará a conocer en septiembre en el Congreso Nacional de Gestión Humana organizado por Acrip.

Uno de los aspectos más llamativos de la generación 'Y' es que es la mejor preparada de la historia. A los 23 años, estos jóvenes ya tienen dos carreras, hablan dos o más idiomas, cuentan con alguna especialización o maestría y poseen gran habilidad tecnológica que les permite hacer múltiples funciones de manera simultánea. "Tienen el cerebro en ambiente Windows, es decir, con varias ventanas abiertas", señala Mejía. Tienen la autoestima bien cimentada y son exigentes, lo que, sumado a que han vivido en un mundo más globalizado, les da la sensación de que todo es posible. "Somos una generación abrumada por tantas posibilidades", dice Natalia Alfonso. "Como sé que puedo hacer lo que quiera, vivo con la sensación de que no me muevo lo suficiente", agrega.

Los 'Y' tienen gran habilidad para adaptarse a los cambios porque se criaron en un ambiente donde esta es la norma: cada seis meses hay una nueva versión de un programa para el computador, un nuevo iPod, un video juego o un teléfono mejor que el anterior. Para ellos es importante el equilibrio entre trabajo y familia y quieren que sus tareas no sean rutinarias, sino significativas. A veces, dice la sicóloga Stephanie Dinnel, de Drake International, dejan su cargo no tanto porque tengan una razón muy contundente para irse, sino porque no tienen un motivo muy contundente para quedarse. No sobra decir que son muy ambiciosos. Quieren ser millonarios e independientes antes de los 40 años.

Pero los 'Y' muy pronto se estrellan con la realidad de una estructura rígida de las compañías actuales, que exige mucha paciencia para llegar a esos cargos interesantes. Y como ellos tienen muy poca tolerancia a la frustración, cuando no han logrado ser vicepresidentes en un año, se desmotivan y se van. "Lo anterior los ha llevado a no tener sueños, sino pesadillas -dice Mejía-. Tienen clara la meta, pero no saben cómo llegar a ella".

Según el informe de PrincetonOne, consultores en contratación, por primera vez en la historia una fuerza laboral llega con habilidades superiores a las de sus jefes y colegas, sobre todo en lo tecnológico. Pese a esto, Mejía encontró que a la generación 'Y' en las empresas le ponen trabas para surgir y la apartan de los trabajos retadores. La hipótesis de Mejía es que los empleados más viejos los ven como una amenaza por sus habilidades. Otros sienten recelo hacia ellos porque exigen demasiado, y quienes tuvieron que ganarse con humildad y paciencia el puesto que hoy ocupan, consideran esa actitud intolerable.

"Las empresas no han sabido entender esas características que los distinguen y aprovecharlas para su beneficio", dice Mejía. Por eso el primer paso para el cambio deben darlo estas compañías. Una solución concreta es modificar la estructura piramidal de la organización y el concepto de jefes inalcanzables que trabajan a puerta cerrada y de cuando en cuando gritan: "González, venga a mi oficina". Es importante quitarles literalmente las bisagras a los puestos de trabajo, abolir el término doctor y hacer gestión en los corredores, para que la comunicación fluya.

Los jefes deben comportarse más como guías y ayudarles a los jóvenes a rotar por la organización para que adquieran conocimiento y experiencia y no se aburran desempeñando una sola función. Los expertos están seguros de que si se les despierta la pasión con trabajos retadores, ellos se quedarán. Y pagarles lo justo es crucial porque esta gente ya no come con el letrero. "Eso funcionaba con otras generaciones que se dejaban pagar con el orgullo que implicaba trabajar para tal o cual empresa", dice Mejía.

Muchos se preguntarán por qué una empresa debe hacer todos estos sacrificios por un muchachito de 23 años. Los expertos señalan que el esfuerzo vale la pena porque necesitan sangre joven que jalone la renovación de sus productos y agilice los procesos de trabajo. "No son un mal necesario, sino un bien indispensable". Además, la rotación excesiva genera un costo muy alto porque hay que hacer nuevas contrataciones y volver a entrenar nuevos empleados. Si la rotación en la base de la pirámide de la empresa es del 30 por ciento, al cabo de tres años el 100 por ciento de estos trabajadores se habrá ido. "Y con ellos se va el conocimiento de los clientes, el entrenamiento, el 'know how'. A ese ritmo, la empresa no va construyendo historia y siempre estará empezando de nuevo", dice Mejía.

Por eso su conclusión es que hay que aceptarlos como son porque "todos van a chatear, a navegar por Internet y a ponerse los audífonos para trabajar. Hay que aceptar el cambio porque todos son iguales".

15 enero 2010

Pregúntense si son zueleños o no

Zuela
Por: Laureano Márquez

Z u e l a , como la Utopía de Tomás Moro, es un país inexistente, es un país imaginario, es lo que queda de un gran país, o quizá sea mejor decir, de lo que pudo ser un gran país y no lo es pero todavía puede serlo. Zuela es como esos muchachos que se ven prometedores, con un futuro por delante: hijos de padres acomodados, con recursos para darle educación, para hacer de él un buen hombre, pero el muchacho, inexplicablemente, sale malandro.

Este país imaginario, es la antítesis de la Utopía, que no existe por lo avanzado de su ideario. Zuela no existe porque es impensable tanta incapacidad en medio de la más extrema abundancia. En Zuela el dinero es el motor de todo, el dinero compra consciencias y más que una nación es un centro de negocios impredecible: En Zuela, cuando se devalúa la moneda, por ejemplo, la gente en vez de protestar por la inflación que se les viene encima, se dedica a comprar aparatos electrodomésticos para tratar de sacar provecho a la debacle. Tómese en cuenta para subrayar esta contradicción que Zuela es un país sin electricidad. La prosperidad de Zuela no se mide por el progreso colectivo, por la belleza de sus espacios públicos, sino por el progreso individual. Los pobladores de Zuela se ufanan de la manera como se estafan los dineros colectivos y se considera un imbécil a aquel que, teniendo la oportunidad de robar, no lo hace.

Los habitantes de Zuela tienen un término para nombrar a este tipo de gente: “Es un pendejo”, dicen. Así pues, el robo y la estafa son la principal fuente de riqueza de este país imaginario.

Casi todo el mundo lo hace: “cada quien según sus necesidades, cada cual según sus capacidades”. En Zuela la ley existe y teóricamente es buena, pero los jueces de Zuela son zueleños y como tales ponen su bienestar individual por encima del colectivo, máxime cuando cada vez que un juez exhibe alguna muestra de dignidad es castigado severamente. Los lugareños parecen aceptar su destino con resignación, aunque a veces protestan y reciben una fuerte represión para que aprendan que de nada les servirá protestar.

En Zuela se vive a riesgo propio. Los delincuentes y los policías se unen para cometer delitos. La vida vale poco y las calles son inseguras.

Naturalmente que en Zuela hay gente –y mucha– que no comparte este modo de vida y los hay en todos los sectores y corrientes. Por ejemplo, aunque Zuela no tiene electricidad segura, tiene a la gente más brillante para resolver el problema, pero en general no se les presta atención. Zuela tiene universidades de primera y está llena de gente inteligente que se convierte en “profetas del desastre” al anunciar las catástrofes que se avecinan pero raramente se les presta atención.

Zuela tiene legisladores sabios, técnicos muy capaces y profesionales formados en las mejores universidades del mundo y, a pesar de su sino, una infraestructura envidiable producto de los momentos en que los zueleños se han puesto de acuerdo para progresar juntos.

Pero con breves excepciones, los civiles no suelen ser los protagonistas de la historia de Zuela, sino la mentalidad militar, que en demasiadas ocasiones es de aprovechamiento más que de servicio a la “patria”. La gente común suele ser bondadosa y vive alimentada con la esperanza de que el futuro sea mejor. Pero en Zuela, como en el mito de Sísifo, cada vez que parece haber una oportunidad de remontar la cuesta, la piedra se les viene encima y hay que empezar la tarea de nuevo. Ese es, en medio de todo, un aspecto positivo: Los habitantes de Zuela están acostumbrados a comenzar nuevamente desde abajo cada vez que un proyecto de destrucción, disfrazado de esperanza, les roba el destino. Los zueleños suelen decir frente a cada crisis “ahora sí que hemos tocado fondo”, pero sus conductores siempre tienen la habilidad de sorprenderles con fondos nuevos e imprevistos. El término de esta historia y si Zuela será al final tierra de promisión o de ruina no está escrito, porque uno de los rasgos distintivos de Zuela es que es impredecible, cualquier cosa se puede esperar, incluso algo bueno.

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Gracias Ale por mandarme esto.
PD: Cualquier parecido con la realidad es pura coincidencia. Triste pero muy cierto.

14 enero 2010

Julia & Julie

La primera vez que supe de esta película fue durante el verano pero, a pesar de que fui muchas veces al cine, no la vi en esa época. Luego, mi papá me la recomendó un día que hablamos por teléfono, la bajé a mi computadora y en este momento no recuerdo por qué pero no la pude ver. En diciembre, nuevamente salió el tema de Julia & Julie con mi padre, hasta que finalmente la compró en el kiosko. Cuando se dispusieron a verla, estaba mi hermana y esa noche no pude hacerlo porque fui a casa de alguien. Hasta que finalmente llegó el día de ayer y comencé a ver la película.

Debo confesar que la vi en dos tandas, porque los primero minutos de la película no me atraparon para nada, pero una vez que Julie comienza a cocinar las recetas de Julia OMG me quedé pegada hasta el final.

A quienes les interese la cocina, les encantará tanto como a mí y si además son mujeres interesadas en la cocina, fliparán tanto como yo. Es decir, es una pasión que va más allá de lo cotidiano y Julie lo sabe asumir perfectamente.

Como siempre me gustan mucho las películas que pueden ser sentidas como si no fueran ficción y como si uno formara parte de la escena. Me parece que en Julia & Julie se puede sentir el aroma del pato al horno, o saborear la crema de frambuesas, incluso sentir la angustia de hervir una langosta viva. (Nota mental: Lobster Killer!)

De hecho, confieso que esta película ha incrementado mis ansias por cocinar, las cuales estaban alborotadas desde hace unos días y por las cuales he hecho ciertas cosillas. Sin embargo, ahora quiero aventurarme a preparar cosas más elaboradas y especiales.

Bon Appetite!

12 enero 2010

Looking for paradise

Para no variar Alejandro Sanz lee y escribe perfectamente lo que pasa por aquí.
I’m gonna find it soon :)

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Everybody say oh oh oh oh

Driving in a fast car
Trying to get somewhere
Don´t know where I´m going
But i gotta get there

A veces me siento perdido
Inquieto, solo y confundido
Entonces me ato a las estrellas
Y al mundo entero le doy vueltas


I'm singing for somebody like you
Sorta like me baby
Yo canto para alguien como tú
Pon la oreja, nena

Oh oh oh oh…

Estoy buscando ese momento
La música, que cuando llega
Me llena con su sentimiento
Con sentimiento vida llena


Walking down the sideway
Looking for innocence
Trying to find my way
Trying to make some sense

Yo canto para alguien como tú
Sólo como tú, baby

I'm singing for somebody like you
What about you


I'm singing for someone
Someone like you
Tú, dime a quién le cantas
'Cause there's something about you there
Speaks to my heart
Speaks to my soul


I'm singing for someone
Sorta like you
Yo canto para alguien
Someone like you, someone like me
Sólo como tú, oh, my sister
Todo el mundo va buscando ese lugar
Looking for paradise

Oh oh oh oh…

A ese corazón herido
La música le da sentido
Te damos con la voz tus alas
Le damos a tus pies camino


Oh is anybody out there
Feel like i feel
Trying to find a better way
So we can heal

I'm singing for somebody like you
Sorta like me baby
Yo canto para alguien como tú
Sólo como tú
What about you?

Yo canto para ti
I'm singing for someone
Yo canto para alguien
'Cause there's something about you there
Speaks to my heart
Speaks to my soul

I'm singing for someone
I'm singing
Sorta like you
Yo canto para alguien
Someone like you, someone like me
Sólo como tú, oh, my sister
Todo el mundo va buscando ese lugar
Looking for paradise