11 agosto 2009

12 cosas en 2 meses

El pasado 07 de agosto cumplí 2 meses de haber salido de Caracas, por eso me parece que sería chévere enumerar las 12 cosas que más extraño de lo que llamo mi ciudad de la furia, AKA Caracas. Tengo varios días pensando en esto, no se crean que la cosa es fortuita e improvisada:

1. Lo que más extraño es mi cama y el olor de mis sábanas cuando me arropaba en las noches antes de quedarme dormida. Ese olor a casa es lo máximo.

2. Despertar, ir a la cocina y ver el Ávila completo, de oeste a este, con las nubes livianas que caracterizan las mañanas caraqueñas, el frío sabroso y las guacharacas cantando a todo gañote.

3. Llegar a casa y que mi mamá diga “Fo! Hueles a puro cigarro” y luego ir al cuarto de ellos a ver si logro conseguir a mi papá despierto para saludarlo.

4. Los desayunos sabatinos con bollitos comprados por mi papá en el mercado de Prados del Este, con mantequilla o nata y queso rallado o de telita. Obvio, café con leche y/o jugo de naranja.

5. Los almuerzos domingueros en los que mis padres hacían la comida y los Bravos-Duque llevaban el postre súper elaborado de brownies comprados en el kiosko con helado EFE y Pirulin.

6. Los viernes/sábado en las gradas en casa de LaYe con las brujas, música, vino tinto y chuches.

7. Salir a almorzar a casa de mi abuela y regresar al trabajo con un capuccino italiano de Miga’s.

8. Los cachitos de la Pavesina, Pan Paris y Aida, las arepas de Arepa’s Factory, los viernes de colesterol, Bareto Barato, St. Honoré y los golfeados Don Goyo.

9. Los lunes/jueves de cine a mitad de precio con Diego Andrés Felipe.

10. Las chelas con los integrantes de la mejor camada de la ECS-UCV en El León, El Solar del Vino o Hog Heaven.

11. Ir a casa de mis abuelos y huir de las mil horas de jarabe de lengua con Duque (abuelito) para ir a comer dulce de lechoza o mouse de mango.

12. Las deliciosas parrillas en casa de los Peña-Duque y las reuniones con cena incluida sin motivo aparente pero espectaculares en casa de los Vegas-Duque, Bravo-Duque o De Bango-Duque.

Miss ya!

03 agosto 2009

Domingo en Coolidge Corner


Luego de un muy aburrido sábado, en el que no hice nada más allá de discutir, extrañar y mucho pensar; decidí que al día siguiente no podía seguir en la misma onda de autocastigo. Entonces, pensé que sería chévere hacer algo nuevo, algo que jamás había hecho antes, como ir al cine sola.

Así que recordé un sitio que nos recomendó una de las profesoras de Embassy (dígase el sitio donde estudio inglés) y busqué cómo llegar.

El sitio en cuestión es The Coolidge Corner Theatre. Éste es un teatro donde se proyectan piezas de cine independiente y que queda en un vecindario llamado Coolidge Corner (ustedes saben que esta gente no se da mala vida en poner nombres ja!).

El vecindario donde se encuentra el cine es como lo máximo. Tal y como dice Wikipedia, en Coolidge Corner hay muchos sitios para tomar café, pequeñas boutiques independientes, restaurantes de comida internacional (Indonesia, India, México, Israel, etc) y una que otra tienda de cadenas tipo Gap. (Wikipedia. Coolidge Corner. Disponible en: http://en.wikipedia.org/wiki/Coolidge_Corner)

Un poco de historia

En primera instancia el sitio donde hoy se encuentra The Coolidge Corner Theatre fue una iglesia construida en 1906. Posteriormente, en 1933 el edificio fue remodelado y convertido en un teatro al estilo Art Deco y desde entonces no ha cerrado sus puertas al público. De esta manera The Coolidge Corner Theatre, se convirtió en el primer teatro de cine en ubicado en Brookline, Massachusetts. (The Coolidge Corner Theatre. Disponible en: http://www.coolidge.org/mission)

En 1988 comenzó a funcionar una fundación sin fines de lucro del teatro que está orientada en presentar a la comunidad lo mejor del cine internacional, documentales, animados y cine independiente americano.

500 Days of Summer

Una vez en The Coolidge Corner, busqué el teatro, vi la cartelera y compré para ver 500 Days of Summer (lo que en perfecto español llamaríamos 500 Días de verano). Compré el ticket para ver esta peli, porque días anteriores había leído en el periódico del metro que esta película del cine independiente americano había recaudado más ganancias que la última de Harry Potter.

Entré a la sala y casi me muero de lo bella que es. Una sala de teatro vieja con butacas rojas y sobre las tablas una pantalla de cine cubierta por un telón.

Comenzó la peli y así como dice el principio “This is not a love story. This is a story about love” (Esta no es una historia de amor. Esta es una historia sobre el amor). 500 Days of Summer es la historia de un chico llamado Tom que se enamora perdidamente de Summer. Sin embargo, ella nunca se enamora de él.

De una forma muy extraña, en esta película los papeles están intercambiados: Tom siente como una mujer y Summer es un hombre en su forma de pensar, sentir y actuar. Sin embargo, y a pesar de que no sea muy común, yo creo que sí existen muchos Tom en el mundo. Incluso existen sin importar el sexo.

Por ejemplo, yo como mujer me identifiqué más con Tom, pues al igual que yo él es idealista, soñador y jura que la vida tan fantástica como las películas y el amor es tan ideal como las historias de la gran pantalla.

Sin embargo, al final Tom se da cuenta que las cosas del amor no son como él pensaba: todo es fortuito, el destino no existe, no hay medias naranjas y simplemente las cosas pasan porque pasan y no porque estaba escrito. No existen las razones, simplemente existen los hechos.

Como verán se trata de una película para féminas de cualquier edad, escrita y dirigida por hombres que he de suponer no les ha ido muy bien en el campo de las relaciones. Aún así, me gustó mucho y como la primera película que vi sola en el cine está muy bien. No se trata de la peli más interesante del mundo, pero sí la recomiendo.